Dicen que no sirve de nada llorar sobre la leche derramada, pero puede que tengas motivos para lamentarte si no sabes cuál es el mejor momento para tomar leche cada día y aprovechar así sus beneficios de la manera más óptima e incluirla en una alimentación saludable.
¿Cuáles son los beneficios de tomar leche?
El perfil nutricional de la leche es muy energético (especialmente para las mujeres que ven comprometida su densidad ósea a partir de los 40 años), pero si has estado encontrando razones para renunciar a ella, lo más probable es que simplemente no la estés consumiendo en la cantidad adecuada o en el momento apropiado del día.
Para empezar, ¿por qué deberías tomar leche? “El consumo diario de leche aporta nutrientes esenciales como calcio, vitamina D y proteínas que son cruciales para la salud ósea. También favorece la función muscular y refuerza el sistema inmunitario, mientras que la presencia de fósforo contribuye al metabolismo energético”, explica Vedika Premani, dietista clínica del Sir H N Reliance Foundation Hospital de Bombay. ¿Necesitas más incentivos? La combinación única de nutrientes de la leche también puede contribuir a una piel sana al favorecer la hidratación.
¿Cuándo es el mejor momento para tomar leche?
Aunque la leche puede consumirse en cualquier momento del día, el consumo de leche caliente antes de acostarse tiene ciertas ventajas: “Favorece la producción de melatonina, que ayuda a conciliar mejor el sueño. Consumir leche durante el día también ayuda a mantener buenos niveles de saciedad y evita comer en exceso. Dependiendo de tus preferencias individuales y necesidades dietéticas, puedes integrar la leche en una rutina que se ajuste a tu horario personal y a tus objetivos de salud para maximizar sus beneficios”, añade Premani.
¿Cuánta leche debes tomar al día?
Una vez que hayas calculado el momento que mejor se adapta a tu horario, tendrás que considerar la cantidad ideal de leche que debes consumir en función de tu edad, estado de salud y necesidades dietéticas: “En general, los adultos suelen beneficiarse de unas 1-3 raciones, equivalentes a 1-3 tazas. Esto aporta nutrientes esenciales como calcio, vitamina D y proteínas sin superar la ingesta calórica diaria recomendada”, explica Premani.
¿Cómo incorporar la leche a tu alimentación si te cuesta digerirla?
Si leche te provoca inflamación abdominal, o eres intolerante a la lactosa, quizá debas hacer una pausa antes de renunciar a ella por completo. Las alternativas sin lactosa pueden ayudarte. También es posible que los productos lácteos fermentados, como el yogur o el kéfir, sean más fáciles de digerir por su menor contenido en lactosa. Premani cree que “adaptar la ingesta de lácteos a tu nivel de tolerancia te permite incorporar sus ventajas nutricionales sin molestias”. La introducción de raciones frecuentes a lo largo del día puede ayudar a aumentar la tolerancia a la leche gradualmente con el tiempo.
Para quienes buscan potenciar la salud y el sabor de la leche, resulta útil incorporar sabores naturales como la vainilla o la canela sin añadir azúcar extra: “Mezclar leche en batidos con frutas puede mejorarse aún más añadiendo un toque de miel para endulzar. También puedes experimentar con la leche caliente infusionándola con hierbas, como manzanilla o menta. Estas variaciones no sólo potencian el sabor, sino que también añaden diversidad nutricional, convirtiendo la leche en una parte más atractiva y agradable de tu dieta”, aconseja Premani. Y si tu sistema digestivo no tolera la lactosa en ninguna de sus presentaciones, las bebidas de soya y almendra también tienen beneficios para tu salud.