Desde el punto de vista biológico, la leche realmente es el resultado de un proceso fisiológico complejo en el cual las glándulas mamarias de mamíferos hembra producen este fluido para alimentar a sus crías.
Al provenir de esta fuente, es importante destacar que es rica en nutrientes como proteínas, grasas, vitaminas y minerales, fundamentales para el crecimiento y desarrollo adecuado, especialmente en los primeros años de vida.
Históricamente, la leche de vaca ha sido la forma más común y ampliamente consumida de leche en la dieta humana. Sin embargo, con el crecimiento de diversas preferencias dietéticas y el aumento en la conciencia sobre el bienestar animal, han surgido alternativas vegetales a la leche de origen animal. Leches derivadas de fuentes como almendras, soja, coco y avena han ganado una gran popularidad, incluso en las tiendas naturistas las promocionan como las más saludables o éticas para aquellos que buscan evitar los productos lácteos tradicionales.
Aquí es donde surge la controversia: ¿pueden estas alternativas vegetales ser legítimamente llamadas «leche»? Desde una perspectiva biológica, la respuesta parece clara: la leche es un producto de origen animal, producido por las glándulas mamarias de mamíferos hembra. Sin embargo, desde una perspectiva comercial y cultural, el término «leche» ha sido adoptado ampliamente para incluir una variedad de líquidos blancos que se utilizan de manera similar a la leche de origen animal.
La intervención de PROFECO
Esta ambigüedad en la definición de «leche» ha llevado a debates legales y regulatorios en varios países, incluido México. Recientemente, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) realizó un análisis del mercado de lácteos en México, con el objetivo de garantizar que los productos alimenticios cumplan con los estándares de calidad y seguridad para el consumo humano. Este análisis reveló irregularidades preocupantes en dos marcas de leche entera producidas en el país.
Las «leches» con mayor irregularidades
Una de las marcas bajo escrutinio fue Leche Querétaro, la cual fue señalada por la Profeco debido a discrepancias en la cantidad neta declarada en el empaque en comparación con la cantidad real en el interior del envase. Aunque se confirmó que cumplía con los niveles mínimos de proteína y grasa requeridos para ser considerada leche entera, esta discrepancia nos hace cuestionar sobre la precisión de la información proporcionada a los consumidores.
Por otro lado, la marca Los 19 Hermanos fue descalificada como leche debido a que no cumplía con los estándares de composición establecidos por la normativa correspondiente. Este producto resultó ser una mezcla de leche con grasa vegetal, lo que lo excluye de la definición de leche según los estándares biológicos.
Es importante que los fabricantes cumplan con los estándares establecidos y que los organismos reguladores continúen vigilando de cerca el mercado para proteger los intereses y la salud de la población al proporcionar un alimento tan básico como lo es la leche.
Si bien, desde una perspectiva biológica la leche se define como el líquido producido por las glándulas mamarias de mamíferos hembra, desde una perspectiva comercial y cultural, el término ha sido ampliado para incluir una variedad de productos lácteos y alternativas vegetales. Sin embargo, es fundamental que los productos etiquetados como «leche» cumplan con los estándares de calidad y composición establecidos para garantizar la confianza y seguridad de los consumidores.
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