Tres meses después de que un trabajador lechero de Texas fue diagnosticado con gripe aviar, los científicos estadounidenses aún enfrentan desafíos significativos para rastrear eficazmente el virus lo que, a su vez, obstaculiza los esfuerzos para desarrollar una vacuna que proteja contra su propagación entre las personas.
Aunque los funcionarios estadounidenses aseguran que el riesgo para la salud pública sigue siendo bajo, la falta de información clara sobre la cepa viral actual y su alcance complica la creación de una vacuna eficaz.
Kate Broderick, una desarrolladora de vacunas en Maravai Lifesciences Holdings, expresó su preocupación, destacando que no se conoce con certeza la cepa viral que circula y si el virus está más extendido de lo reportado.
Para evitar una repetición de la escasez de vacunas observada durante el brote de gripe porcina H1N1 en 2009, los funcionarios federales están aplicando lecciones aprendidas de la pandemia de covid-19, como la secuenciación viral.
Esta técnica permite a los científicos identificar nuevas cepas y actualizar las vacunas basándose en muestras de enfermedades en evolución.
Sin embargo, la recolección de datos sobre la gripe aviar ha sido difícil debido a la falta de cooperación de algunas granjas lecheras, que temen pérdidas económicas significativas si se incrementan las pruebas.
El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, en inglés) reportó avances en la vigilancia del virus, con cuatro estados (Kansas, Nebraska, Nuevo México y Texas) acordando realizar pruebas en tanques de leche a granel en granjas lecheras. Esta medida es un paso crucial para entender mejor la propagación del virus.
En cuanto a la preparación de vacunas, el gobierno federal identificó dos posibles vacunas para la cepa actual de gripe aviar H5N1, que están siendo probadas en colaboración con GSK Plc, Sanofi SA y CSL Seqirus.
Actualmente, Estados Unidos tiene el equivalente a 10 millones de dosis de una vacuna contra la gripe aviar y ha ordenado que se empaqueten 4.8 millones de dosis adicionales en viales.
Mientras tanto, la Unión Europea ha asegurado hasta 665 mil dosis de la vacuna CSL Seqirus para 15 Estados miembros.
No obstante, muchas de estas vacunas fueron desarrolladas a partir de cepas más antiguas y pueden no ser tan efectivas contra la versión actual de la gripe aviar.
“Puedo decir con bastante confianza que las vacunas actuales no se están planteando contra la cepa que circula ahora”, afirmó Broderick.
Desarrollar rápidamente una nueva vacuna para una cepa del virus que se propague entre humanos podría ser necesario, según Peter Hotez, experto en vacunas y decano de la Escuela Nacional de Medicina Tropical del Colegio de Medicina Baylor.
Empresas como Moderna Inc. y Pfizer Inc. están en conversaciones con el gobierno de EE.UU. para desarrollar vacunas basadas en tecnología mRNA, que podría actualizarse más rápidamente que las vacunas tradicionales.
Sin embargo, anticipar qué forma del virus podría comenzar a propagarse entre las personas es un desafío considerable. Michael Osterholm, director del Centro de Investigación y Política de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Minnesota, planteó una pregunta crítica: “¿Tienes que esperar hasta que surja un virus pandémico antes de hacer una vacuna para él?”
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