Entre los consejos destacados, se enfatiza la importancia de consumir una dieta variada, rica en alimentos integrales como frutas, verduras, legumbres y granos enteros. Reducir la ingesta de alimentos ultraprocesados, azúcares añadidos y grasas saturadas sigue siendo una piedra angular para prevenir enfermedades crónicas. Para los productores y la industria alimentaria, esto implica una oportunidad para innovar en productos más saludables y alineados con estas tendencias.

Otro punto crucial es la hidratación adecuada y la moderación en el consumo de bebidas azucaradas. El agua pura sigue siendo la mejor opción para el cuerpo. Además, se resalta la relevancia de la proteína de calidad en cada comida para promover la saciedad y el mantenimiento de la masa muscular, donde los lácteos juegan un papel destacado por su aporte de proteínas de alto valor biológico y calcio.

La personalización de la dieta es un tema emergente. Se reconoce que no existe una única “dieta perfecta” para todos; las necesidades nutricionales varían según la edad, nivel de actividad, estado de salud y preferencias individuales. Esto abre la puerta a la innovación en el sector alimentario, incluyendo la industria láctea, para desarrollar productos adaptados a nichos de mercado específicos, desde opciones sin lactosa hasta productos enriquecidos para deportistas.