El principal argumento del Senador Vázquez se centra en la insuficiencia o inexistencia de programas federales que ayuden a los ganaderos a sortear los estragos de la crisis climática. La sequía ha provocado una escasez dramática de forrajes y agua, obligando a los productores a incurrir en gastos extraordinarios para mantener la salud y el rendimiento de sus vacas lecheras y ganado de carne. El reclamo subraya la percepción de que el sector agropecuario de Chihuahua no está recibiendo la atención ni los recursos proporcionales a su enorme contribución a la seguridad alimentaria del país.

La falta de una estrategia federal robusta para el sector lácteo y ganadero se traduce en una mayor vulnerabilidad económica. Sin seguros catastróficos efectivos, subsidios para alimento de emergencia o inversión en infraestructura hídrica, la única alternativa para muchos productores es la liquidación de sus hatos. Esta acción no solo representa una pérdida de patrimonio para las familias ganaderas, sino que también debilita la capacidad de producción nacional de leche y aumenta la dependencia de las importaciones de lácteos.

El llamado de atención del Senador no solo es por recursos, sino por un cambio en el modelo de gobernanza agropecuaria. Se exige una coordinación más efectiva entre los diferentes niveles de gobierno y una política de desarrollo que ponga el foco en la tecnificación, la sanidad animal y la sostenibilidad a largo plazo. La ganadería de Chihuahua, con su tradición de alta eficiencia, necesita ser vista no solo como receptora de ayuda, sino como un socio estratégico para la soberanía alimentaria de México.