Productores lecheros convocan a una protesta masiva el 24 de noviembre contra el incumplimiento de pagos y la incertidumbre de compra generada por Liconsa y la política agropecuaria federal.
El sector lechero mexicano ha formalizado la convocatoria a una protesta nacional para el próximo 24 de noviembre, en respuesta a la creciente crisis de liquidez e incertidumbre provocada por las políticas de la paraestatal Liconsa. Esta movilización es un grito de auxilio de los productores primarios que han visto cómo el incumplimiento en los pagos, el retraso en la adquisición de leche cruda y la amenaza de una suspensión total de compra a finales de año, socavan la rentabilidad de sus operaciones. Para la comunidad agroindustrial, este evento subraya la profunda desconexión entre los compromisos gubernamentales y la realidad del campo.
El principal motor de la protesta es la exigencia de que el Gobierno Federal garantice la compra total de la leche nacional bajo el precio de garantía prometido y que se liquiden de inmediato los pagos pendientes. Los ganaderos argumentan que, mientras la producción de leche es un proceso constante, la falta de flujo de caja los pone en una situación de vulnerabilidad extrema, dificultando la adquisición de insumos, como forrajes y medicamentos, y comprometiendo la salud del hato lechero.
La protesta del 24N no solo está dirigida a Liconsa y sus problemas presupuestarios, sino que también busca denunciar la política de importación de leche en polvo que sigue priorizando el producto extranjero sobre la leche cruda nacional. Los productores señalan que la promoción de las importaciones es una traición al objetivo de la autosuficiencia alimentaria y una forma de competencia desleal que hunde el valor de la leche mexicana en el mercado abierto.
La movilización es un esfuerzo coordinado para visibilizar el riesgo de quiebra que enfrentan miles de granjas lecheras. El sector busca, a través de la presión social y mediática, forzar a las autoridades federales a buscar soluciones presupuestarias permanentes, incluyendo la revisión de la asignación de recursos a Liconsa y la implementación de mecanismos de compra que prioricen la producción nacional durante los $\text{12}$ meses del año.
En conclusión, la convocatoria a la protesta del 24 de noviembre marca un punto de inflexión en la relación entre el Gobierno Federal y el sector lechero. Los ganaderos están decididos a luchar por la estabilidad económica de sus granjas y por el cumplimiento de los programas de apoyo. Esta acción es un recordatorio claro para los analistas y la industria de que la certidumbre en la compra y el precio justo son requisitos ineludibles para la supervivencia del productor primario en México.
Fuente: Para más detalles sobre la convocatoria a la protesta del $\text{24}$ de noviembre, consulta la información de El Heraldo de León.
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