El Gobierno Federal se escuda en la falta de presupuesto para suspender la compra de leche cruda de Liconsa en diciembre, dejando a los productores lecheros en una crisis de venta al cierre del año.
El sector lechero mexicano enfrenta un serio desafío con la confirmación de que el Gobierno Federal ha optado por suspender la compra de leche cruda a través de Liconsa para el mes de diciembre, justificando la decisión en una supuesta falta de presupuesto. Esta determinación ha sumido a los productores primarios en la incertidumbre y la zozobra, ya que el precio de garantía ofrecido por la paraestatal es esencial para la viabilidad y rentabilidad de miles de granjas. Para los analistas agroindustriales, escudarse en el presupuesto es una señal de mala planificación fiscal que impacta directamente en la economía del campo.
La suspensión de la compra por parte de un actor tan relevante como Liconsa genera una sobreoferta artificial en el mercado de leche cruda. Esta situación obliga a los productores a colocar su volumen en el mercado abierto, donde el precio por litro es notablemente inferior, a menudo por debajo de los costos de producción. El resultado inmediato es una crisis de liquidez que pone en riesgo el pago de nóminas, deudas y la adquisición de insumos vitales como el forraje y los concentrados para el ganado.
Las asociaciones de productores lecheros han alzado la voz para denunciar que esta situación va en contra de los principios de autosuficiencia alimentaria y del compromiso de apoyar al sector primario. Argumentan que, mientras se deja de comprar la leche nacional fresca y de calidad, el Gobierno ha mostrado una tendencia a priorizar la importación de leche en polvo, lo que exacerba la competencia desleal y debilita la cadena de valor láctea interna.
La gravedad del escenario se intensifica al considerar que la producción de leche es un proceso biológico continuo que no puede interrumpirse. Los ganaderos se encuentran con un producto perecedero que debe ser vendido o procesado de inmediato. La ausencia de un comprador seguro en un mes tradicionalmente complicado como diciembre empuja a muchas granjas pequeñas y medianas hacia la quiebra, lo que podría llevar a la liquidación de hatos lecheros y una pérdida de capacidad productiva a largo plazo.
En conclusión, la decisión del Gobierno Federal de dejar a la deriva a los lecheros en diciembre, alegando falta de presupuesto, es un duro golpe para la estabilidad del sector lácteo. Los productores exigen una solución de emergencia y una revisión estructural de la gestión presupuestaria de Liconsa que garantice la compra de leche a precio de garantía durante todo el año, protegiendo así la rentabilidad del productor y la seguridad alimentaria del país.
Fuente: Para más detalles sobre la suspensión de la compra de leche de Liconsa en diciembre, consulta la nota de Página 24.
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