El servicio de distribución de leche Liconsa en Celaya se restablece completamente luego de los bloqueos carreteros que afectaron el abasto, poniendo en evidencia la fragilidad de la cadena de suministro láctea.
El abasto de leche Liconsa en el municipio de Celaya ha vuelto a la normalidad tras una interrupción crítica causada por bloqueos carreteros en la región. Este evento, si bien resuelto, ilustra la extrema vulnerabilidad de la cadena de suministro láctea, especialmente para los programas sociales que dependen de una entrega diaria y puntual. La leche, al ser un producto perecedero con una vida útil limitada y una alta demanda social, requiere una logística ininterrumpida. Cualquier freno en las carreteras se traduce de inmediato en un riesgo de desabasto para los beneficiarios y pérdidas económicas por el producto no distribuido.
La interrupción del servicio afectó directamente a las familias más necesitadas que dependen del precio subsidiado de la leche Liconsa para asegurar la nutrición básica. En estos programas, el tiempo es un factor crítico: cada día de retraso en la entrega implica un día sin un alimento esencial a un precio accesible. Este incidente debe servir como una alerta para las autoridades sobre la necesidad de establecer rutas de contingencia y protocolos de seguridad que garanticen la circulación prioritaria de los vehículos de abasto de alimentos en situaciones de conflicto social o bloqueo.
Desde una perspectiva de gestión logística, el restablecimiento del servicio demuestra la capacidad de reacción de Liconsa y sus operadores de transporte. Sin embargo, la recurrencia de los bloqueos carreteros en México es un riesgo sistémico que debe ser abordado con estrategias de diversificación de rutas y posiblemente con el almacenamiento estratégico de una reserva de producto en centros regionales clave, mitigando así el impacto de las paralizaciones en el consumidor final.
Para la industria láctea que provee a Liconsa, la continuidad de la distribución es igualmente importante. Aunque la interrupción fue externa a la producción, el desabasto temporal crea cuellos de botella y puede afectar la capacidad de compra y acopio del organismo social en los días posteriores. La eficiencia de la cadena de frío y el transporte es una responsabilidad compartida entre los productores, los procesadores y la logística de entrega.
En conclusión, el retorno del servicio de leche Liconsa en Celaya es una buena noticia para la población, pero deja al descubierto la fragilidad operativa del sistema de abasto social ante las contingencias externas. Este caso es un recordatorio de que la seguridad alimentaria de un país no solo depende de la producción en la granja, sino de la estabilidad y protección de la infraestructura logística y carretera para la entrega final del producto lácteo.
Fuente: Para más detalles sobre el restablecimiento del servicio de leche Liconsa en Celaya, consulta el informe de El Sol del Bajío.
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