El proceso de elaboración del queso Gouda es un arte ancestral que se ha mantenido con notable fidelidad a la tradición. Aunque hoy la producción masiva domina gran parte del mercado global, la calidad premium sigue asociada a los quesos artesanales que se elaboran en las granjas lecheras de la región. La leche de vaca fresca es la materia prima esencial, y el método de lavado de la cuajada antes del prensado es lo que le otorga su dulzura característica y flexibilidad a la pasta. Esta consistencia en el proceso ha sido clave para su éxito y replicabilidad a nivel internacional.

Para la agroindustria láctea, el Gouda representa un modelo de posicionamiento de marca geográfica. Aunque la Denominación de Origen Protegida (DOP) “Gouda Holland” aplica a una fracción de la producción, el nombre genérico “Gouda” es la referencia global para un tipo de queso semiduro. Esta amplia aceptación en el mercado ha llevado a que el Gouda sea producido en prácticamente todos los continentes, lo que subraya su versatilidad y su gran atractivo para el consumidor final.

El Mercado de Quesos de Gouda, que se celebra semanalmente, no es solo una atracción turística, sino una demostración viva del valor cultural y económico que el queso tiene para la comunidad. Los productores y comerciantes siguen utilizando el ritual del apretón de manos para cerrar las ventas, un gesto simbólico que refuerza la confianza y la transparencia en la cadena de suministro láctea. Este enfoque en la tradición y el storytelling es una lección de mercadeo para otros productos agrícolas de nicho.