Desde la perspectiva de la economía láctea, estos hallazgos proporcionan un argumento sólido para combatir la desinformación nutricional y los mitos sobre los lácteos. A diferencia de muchos suplementos o alternativas vegetales, la leche ofrece una biodisponibilidad de calcio superior, lo que significa que el cuerpo absorbe y utiliza el mineral de manera mucho más eficiente. Para los productores y procesadores, este respaldo científico es una herramienta de marketing poderosa para posicionar a la leche como un “superalimento” esencial en la dieta diaria de todas las etapas de la vida.

La lucha contra la sarcopenia —la pérdida progresiva de masa y fuerza muscular— ha puesto el foco en la proteína del suero y la caseína. Los expertos señalan que el consumo regular de lácteos estimula la síntesis proteica muscular de forma más efectiva que otras fuentes de origen vegetal. Este dato es vital para el sector de ingredientes lácteos, ya que abre nuevas oportunidades de negocio en el desarrollo de productos funcionales diseñados específicamente para el segmento de la población senior, un mercado con un crecimiento demográfico imparable.

Más allá del calcio, la leche actúa como un vehículo de nutrientes complejos que incluyen magnesio y potasio, los cuales trabajan en sinergia para proteger el sistema musculoesquelético. La divulgación de estos beneficios es una respuesta directa a la caída del consumo de leche fluida en algunos mercados occidentales. Al enfocar el mensaje en la prevención de enfermedades degenerativas, el sector puede reconectar con consumidores preocupados por la longevidad y la funcionalidad física, elevando el valor percibido del producto en el anaquel.