Ganaderos de Tonalá, Chiapas, alzan la voz ante el alarmante incremento en el robo de ganado, un delito que pone en jaque la economía pecuaria local.
La región ganadera de Tonalá, Chiapas, enfrenta una creciente ola de abigeato que ha generado profunda preocupación entre los productores agropecuarios. Este delito de alto impacto contra el patrimonio rural no solo se traduce en la pérdida de cabezas de ganado, sino que también socava la estabilidad económica de las familias ganaderas. Recientes denuncias, como la sustracción de becerras en predios rurales, han puesto en evidencia la vulnerabilidad de las granjas ante bandas organizadas que operan en los caminos que conectan las comunidades, como la ruta a El Huazachal.
El incremento del robo de ganado es un factor que eleva drásticamente los riesgos operativos para el productor primario. Más allá del valor monetario de la res perdida, el abigeato interrumpe los ciclos productivos, compromete la genética del hato y desincentiva la inversión en mejoramiento ganadero. La situación obliga a los ganaderos a invertir recursos adicionales en vigilancia y seguridad en sus propiedades, lo cual se suma a los ya crecientes costos de producción.
Ante este escenario crítico, la Fiscalía Especializada en Abigeato se ha convertido en el principal punto de contacto para los ganaderos afectados. La coordinación entre las asociaciones ganaderas locales –como la de Tonalá y la Ganadera Ejidal– y las autoridades de seguridad y fiscales es crucial. Los productores exigen una respuesta rápida y efectiva en la investigación de los casos reportados, así como el despliegue de operativos rurales intensificados que actúen como un disuasivo efectivo contra los delincuentes.
El problema del abigeato en Tonalá no es un evento aislado, sino un reflejo de los desafíos de seguridad pública que afectan a múltiples regiones ganaderas en México y otros países de la región. El periodismo de datos sobre delitos rurales indica que este flagelo ataca desproporcionadamente a los pequeños y medianos productores, aquellos con menor capacidad para defender grandes extensiones de terreno. Por ello, la implementación de estrategias tecnológicas de trazabilidad de ganado y vigilancia por drones se vuelve una necesidad urgente.
En conclusión, la preocupación de los ganaderos de Tonalá ante el incremento del robo de ganado exige una acción inmediata y coordinada por parte de las instituciones. Asegurar la sanidad y el patrimonio pecuario no solo es una cuestión de justicia rural, sino una medida esencial para proteger el suministro de carne y leche y mantener la viabilidad económica de la ganadería de Chiapas.
Fuente: Para más detalles sobre la preocupación de los ganaderos, consulta la nota original en El Heraldo de Chiapas.
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