Los trabajadores de Alpura han expresado públicamente su frustración ante lo que describen como un ambiente de precariedad y la falta de respuesta a sus demandas. Estas quejas van más allá de lo salarial, incluyendo condiciones de trabajo, trato por parte de la gerencia y el cumplimiento de acuerdos previos. La persistencia de estas denuncias sugiere una profunda desconexión entre la empresa y su fuerza laboral, vital para la continuidad en el procesamiento de leche cruda.

Una huelga en Alpura tendría un impacto significativo en la cadena de suministro de lácteos. Las granjas lecheras que abastecen a la compañía podrían enfrentar interrupciones en la recolección de su leche, lo que se traduciría en pérdidas económicas y posibles excedentes de producción. Asimismo, los distribuidores y puntos de venta experimentarían escasez de los diversos productos lácteos de la marca, afectando la disponibilidad para los hogares.

Este escenario resalta la urgencia de establecer un diálogo efectivo y transparente entre las partes. La estabilidad del sector lácteo depende en gran medida de la armonía laboral, ya que la leche es un alimento perecedero y su interrupción afecta directamente la seguridad alimentaria. Es crucial que tanto la empresa como el sindicato encuentren un camino para la negociación que evite un paro de actividades y sus consecuencias negativas para la agroindustria.