El objetivo central del programa es brindar a los productores las herramientas y el conocimiento técnico necesarios para transicionar de la producción convencional a la orgánica. Esto incluye capacitación en manejo de suelos, control biológico de plagas y técnicas de fertilización natural. La superación de la curva de aprendizaje y el cumplimiento de los rigurosos estándares de la normativa nacional e internacional son esenciales. La certificación no solo se enfoca en el producto final, sino en la trazabilidad y la integridad de todo el proceso productivo.

Desde una perspectiva de mercado, la certificación orgánica es un diferenciador clave en las cadenas de suministro internacionales. Los consumidores en Norteamérica y Europa están dispuestos a pagar un precio más alto por productos lácteos y agrícolas que garanticen la ausencia de pesticidas y antibióticos, y que promuevan la salud del suelo y el bienestar animal. Chiapas, al invertir en la calidad orgánica, busca posicionar sus productos no solo en el mercado nacional gourmet, sino también en las góndolas de exportación.

Para el sector pecuario, la transición a la ganadería orgánica implica cambios fundamentales en la alimentación del ganado (basada en pastos y forrajes orgánicos), la gestión de la salud (priorizando métodos preventivos y homeopáticos) y el manejo del bienestar animal. Este modelo productivo es inherentemente más amigable con el medio ambiente y puede contribuir a la mitigación del cambio climático, fortaleciendo la imagen de sostenibilidad del campo chiapaneco.