La producción de alfalfa en Chihuahua ha alcanzado volúmenes impresionantes, superando a otros estados y consolidándose como el motor del forraje nacional. Para los productores de leche, tener acceso a un alimento de tan alta calidad y en grandes cantidades significa una reducción en los costos de alimentación y una mejora en el rendimiento de sus granjas. Un buen forraje se traduce en un ganado más sano y productivo, lo que es la base de una industria láctea exitosa y competitiva.

La calidad de la alfalfa chihuahuense también es un factor distintivo. El clima y la topografía de la región son ideales para el cultivo de esta planta, que es rica en proteínas y fibra, nutrientes esenciales para el ganado lechero. El éxito en la producción de este forraje no solo beneficia a los productores de leche del estado, sino que también crea un excedente que se puede comercializar a otras regiones del país, generando así una mayor actividad económica.

Además del impacto directo en la producción lechera, la producción de alfalfa en Chihuahua beneficia a toda la cadena de suministro. La alta demanda de este forraje genera empleos en el campo, en el transporte y en la comercialización. Es un ejemplo de cómo un cultivo estratégico puede ser el motor del desarrollo de un sector agropecuario completo, creando un ecosistema de crecimiento que beneficia a ganaderos, analistas e inversionistas por igual.