El nombre Lala tiene sus raíces en la región de La Laguna, un área compartida entre los estados de Coahuila y Durango, en el norte de México. Fue en esta zona, caracterizada por su fuerte tradición ganadera, donde un grupo de visionarios productores de leche se unió para formar una cooperativa. De ahí, “La Laguna” se abrevió y se transformó en el nombre que hoy conocemos, marcando su origen geográfico y comunitario.

Desde sus inicios, Lala se enfocó en la calidad de la leche cruda y en la innovación para la distribución, lo que les permitió expandirse rápidamente. La marca no solo representa un producto lácteo, sino también la identidad de una región y el espíritu emprendedor de sus ganaderos. Esta conexión con el origen y la dedicación a la excelencia han sido pilares fundamentales en su estrategia de marca y éxito en el mercado.

La historia del nombre Lala es más que una simple curiosidad; es una lección sobre cómo la identidad regional y la visión empresarial pueden forjar una marca de alcance nacional e incluso internacional. Refleja cómo la producción lechera puede arraigarse en un territorio y crecer, beneficiando a miles de productores de leche y consumidores.