Escuchar a nuestro cuerpo y elegir quesos de alta calidad puede marcar la diferencia no solo en nuestra digestión, sino también en la función de nuestro cerebro.
El queso es uno de los alimentos más queridos en todo el mundo, especialmente en la dieta mediterránea. Su popularidad ha llevado a que sea objeto de numerosas investigaciones, algunas de las cuales han explorado su impacto en el cerebro. El neurólogo y neurocirujano Dr. Mill Etienne ha arrojado luz sobre cómo ciertos tipos de queso pueden tener efectos beneficiosos en la función cognitiva y la memoria, lo que es prometedor dado el aumento de los casos de demencia y alzhéimer en países como España, donde más de 800.000 personas padecen esta última enfermedad, según la Sociedad Española de Neurología (SEN).
¿Qué efecto tiene el queso en el cerebro?
El Dr. Etienne destaca que el queso actúa en el cerebro principalmente gracias a dos aminoácidos presentes en su composición: el triptófano y la tirosina. El triptófano es un precursor de la serotonina, un neurotransmisor que regula el estado de ánimo, lo que sugiere que el consumo de queso podría ayudar a mejorar el bienestar emocional. La tirosina, por otro lado, estimula la producción de dopamina, conocida como la hormona del placer, lo que podría explicar por qué comer queso produce una sensación de satisfacción.
Además de estos aminoácidos, el queso es rico en nutrientes esenciales como la vitamina B12, el calcio y el fósforo, todos cruciales para el buen funcionamiento del cerebro. La vitamina B12, en particular, juega un papel fundamental en la protección de las neuronas, mientras que el calcio y el fósforo ayudan a mantener la estructura ósea y el sistema nervioso en óptimas condiciones.
¿Qué variedades de queso son más beneficiosas?
Según un estudio japonés que citó el Dr. Etienne, los quesos como el feta y el cheddar han mostrado tener un efecto positivo en la memoria y la función cognitiva en adultos mayores. Esta investigación, realizada en personas mayores de 65 años, reveló que aquellos que consumían regularmente estas variedades experimentaban una mejoría en su rendimiento cerebral.
No obstante, el neurólogo advierte sobre los riesgos de consumir quesos procesados, ya que a menudo contienen aditivos como el diacetilo, una sustancia que podría contribuir al deterioro de la memoria y aumentar el riesgo de enfermedades cerebrovasculares. Por lo tanto, para obtener los beneficios del queso, es fundamental optar por variedades de alta calidad, preferiblemente aquellas bajas en lactosa, como el queso suizo, parmesano o cheddar.
¿Cómo elegir un queso saludable?
El Dr. Etienne aconseja prestar atención a la calidad del queso que consumimos. Los quesos frescos y artesanales, como el feta, elaborado con leche de oveja o cabra, suelen ser mejores opciones que los procesados. Este tipo de leche ofrece beneficios adicionales en comparación con la leche de vaca, como una mayor digestibilidad y una mejor composición de nutrientes.
Por último, el neurólogo sugiere que debemos prestar atención a cómo nuestro cuerpo responde al consumo de ciertos tipos de queso. Si experimentamos problemas digestivos, especialmente con aquellos ricos en lactosa, es posible que esto esté afectando también nuestra salud cerebral.
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