El queso de bola no es solo un alimento en Yucatán, sino que es un ingrediente esencial en la gastronomía local y un ícono cultural. Su escasez tiene un impacto directo en los restaurantes y en las familias que lo usan para preparar platillos tradicionales, como las marquesitas. Este fenómeno es un recordatorio de la importancia de la producción local y de la necesidad de apoyar a los productores de leche y queso que se esfuerzan por mantener viva la tradición y la calidad de sus productos.

El problema de la escasez de queso de bola también tiene un impacto en la economía del sector lácteo en Yucatán. La baja producción de leche y los problemas en la distribución han provocado un aumento en el precio del queso, lo que afecta a los productores y a los consumidores. La solución, según los analistas, no es solo aumentar la producción, sino también invertir en tecnología para la industria quesera, mejorar la eficiencia en la cadena de suministro y buscar alternativas para reducir la dependencia de un solo tipo de queso.

La situación de desabasto también ha abierto la puerta a la especulación y a la venta de queso informal, que no cumple con los estándares de calidad y seguridad alimentaria. Las autoridades y los productores formales han hecho un llamado a los consumidores para que compren solo queso de marcas confiables y que eviten los productos que se venden a un precio demasiado bajo. La protección de la salud pública es una prioridad que debe estar por encima de cualquier otro interés.