En el sector lácteo, la desvinculación de Segalmex significa que la operación del programa Leche para el Bienestar –incluyendo la crucial compra de leche cruda a precio de garantía– se transfiere a otra entidad que participa en la fusión. Esta medida es un seguimiento directo de las controversias y la falta de transparencia contable que plagaron la gestión compartida en el pasado. Los productores lecheros y analistas de economía láctea esperan que esta reasignación de funciones se traduzca en procesos de acopio y pago más fluidos y eficientes, asegurando la certidumbre económica que el productor primario tanto necesita.

Paralelamente, el programa Fertilizantes para el Bienestar, vital para la productividad agrícola del país –y un costo directo para el productor de forrajes que alimenta al ganado– también pasa a una nueva estructura. Este programa ha enfrentado retos logísticos significativos y retrasos en la entrega, que ponían en riesgo la autosuficiencia alimentaria. La SADER busca que la nueva organización administrativa mejore la cadena de suministro de estos insumos, garantizando que el fertilizante llegue a tiempo a los productores de maíz, frijol y otros granos que son la base de la alimentación animal.

La reestructuración implica que las funciones de Segalmex serán asumidas por Alimentación para el Bienestar, S.A. de C.V., un vehículo que se espera emerja como el consolidador de los programas sociales alimentarios. La fusión administrativa busca eliminar la duplicidad de funciones y aprovechar las sinergias logísticas entre ambas entidades, que comparten el objetivo de promover la autosuficiencia alimentaria. Este esfuerzo de periodismo de datos sobre políticas públicas revela una búsqueda de mayor control y rendición de cuentas en la gestión agropecuaria.