La producción de leche en Gran Bretaña alcanza cifras históricas, pero el crecimiento del 5.2% provoca una caída inminente en los precios.
La industria láctea de Gran Bretaña se encuentra en una encrucijada económica. Si bien la producción de leche de vaca ha alcanzado cifras récord en 2025, con un notable crecimiento interanual del 5.2% (alcanzando los 5.530 millones de litros), este éxito productivo ha generado una sobreoferta interna que amenaza la rentabilidad de los ganaderos. Los analistas de mercado señalan que la combinación de excedentes históricos y la reducción en el valor de las materias primas lácteas manufacturadas está generando una presión a la baja sobre los precios en origen, poniendo a prueba la resistencia del productor primario.
Este aumento productivo resulta paradójico, dado que se produce en un año marcado por condiciones de sequía atípicas en el Reino Unido, lo que dificultó el crecimiento de la hierba. Sin embargo, la productividad por vaca ha mantenido una dinámica positiva, lo que refuerza la tendencia de concentración del sector. A pesar de la pérdida de un 2.6% en el número de productores (con 190 ganaderos menos en el último año), las explotaciones restantes están escalando su capacidad productiva a través de una mayor eficiencia y tecnología.
El Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), citando reportes de AHDB, estima que el excedente británico supera los 110 millones de litros en comparación con el segundo registro más alto. Este volumen, sumado a la recolección global de leche que se proyecta con un aumento moderado, crea un escenario donde la demanda internacional ya no es suficiente para compensar la sobreoferta de Gran Bretaña. Los precios de los lácteos commodities están reflejando esta saturación, con una caída inminente que impactará directamente en los márgenes de beneficio de las granjas.
En el mercado europeo, la situación de Gran Bretaña contrasta con el alivio parcial que se ha visto en las exportaciones de manteca irlandesa y otros productos lácteos básicos hacia Estados Unidos. Esta demanda externa ayudó a absorber parte de los stocks europeos, pero la dinámica interna británica está siendo impulsada por factores propios. El riesgo de precios bajos es real y exige que los productores británicos revisen urgentemente sus costos de producción y busquen la mayor eficiencia posible.
En síntesis, la producción récord de leche en Gran Bretaña es un arma de doble filo: celebra la eficiencia ganadera, pero condena los precios de la leche a una caída inminente por el exceso de oferta. El desafío para la industria láctea británica es lograr una gestión de stocks inteligente y encontrar vías rápidas y rentables para colocar estos excedentes lácteos en un mercado global que ya está percibiendo la presión de la sobreproducción.
Fuente: Para más detalles sobre el análisis de la sobreproducción, consulta la nota original de Agronews Castilla y León.
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