Productores lácteos locales enfrentan a queseros por actualizar el precio de la leche cruda, que lleva dos años congelado frente al alza de costos operativos.
El equilibrio financiero de las granjas lecheras se ve amenazado por un grave desfase entre el precio de venta de la leche cruda y la escalada de los costos de producción. Los ganaderos locales, particularmente en regiones donde el acopio se destina a la industria quesera, están en una intensa negociación para lograr que el precio por litro se ajuste a la realidad inflacionaria. La demanda es clara: alcanzar al menos los $11.00 pesos por litro, una cifra que consideran el precio justo para contrarrestar los aumentos acumulados en alimento para el ganado, energía y logística que han erosionado la rentabilidad del productor durante los últimos dos años.
Este conflicto pone de manifiesto la vulnerabilidad del productor primario ante el poder de compra de los procesadores industriales y queseros. Mientras que los ganaderos han visto dispararse los costos de sus insumos agropecuarios, el precio de la leche se ha mantenido estático, pagándose en un rango que oscila entre los $9.50 y $10.50 pesos por litro en algunos casos. Para la economía láctea, este estancamiento de precios, mientras los costos operativos suben, es insostenible y obliga a los pequeños productores lecheros a operar al límite de la pérdida o, directamente, a considerar la liquidación de su hato.
La preocupación de los ganaderos es que la falta de un ajuste de precio adecuado no solo impacta sus finanzas actuales, sino que compromete la inversión futura necesaria para mantener la calidad de la leche y la eficiencia productiva. Sin ingresos suficientes, los productores no pueden invertir en sanidad animal, genética o mitigación de estrés calórico, lo que a largo plazo, perjudica la capacidad de abasto de la cadena láctea local. Esta es una advertencia para los analistas sobre el riesgo de descapitalización del sector.
Una de las soluciones que se barajan para estabilizar el mercado y brindar certidumbre al productor es la potencial intervención de Liconsa a través de la creación de una planta quesera de acopio. Esta participación estatal, ofreciendo un precio de garantía y una capacidad de procesamiento alternativa, podría funcionar como un factor de equilibrio en la región. El periodismo de datos sobre la intervención de precios sugiere que la competencia de un comprador estatal es a menudo el único mecanismo efectivo para forzar a los procesadores privados a mejorar sus ofertas.
En conclusión, el “estira y afloja” en el precio de la leche cruda es un reflejo de la crisis de rentabilidad que enfrentan los productores lecheros ante la inflación y la inacción de los compradores. La exigencia de los $11.00 por litro no es un capricho, sino una necesidad económica vital para la supervivencia de las granjas y para asegurar el suministro constante de leche a la industria quesera y al consumidor.
Fuente: Para más detalles sobre las negociaciones, consulta la nota original en Punto MX.
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