Según MSD Salud Animal, la producción láctea destaca por su aporte económico y nutricional, y exige altos estándares de calidad y trazabilidad.
La leche representa una quinta parte del valor total de la producción pecuaria en México, un dato que revela su peso económico dentro del sector agroindustrial. Su creciente demanda refleja su rol esencial en la dieta y la salud ósea de la población, gracias a su perfil nutricional y accesibilidad.
El consumo masivo de leche, quesos y yogurt tensiona la necesidad de garantizar calidad en cada litro. La Cámara Nacional de Industriales de la Leche (Canilec) establece que un producto de calidad debe cumplir con conformidad, costo y consistencia, garantizando propiedades nutricionales, sanitarias y sensoriales acorde a las expectativas del consumidor.
La responsabilidad recae íntegramente sobre los productores, quienes, mediante tecnología avanzada en alimentación, bienestar animal, higiene y prevención de enfermedades, aseguran la trazabilidad de la materia prima. De esta forma, respaldan la seguridad alimentaria y la confianza del consumidor.
El modelo de trazabilidad implementado en tambos como Rancho Fuentezuelas, desde el nacimiento del animal hasta su molienda, ha sido señalado como ejemplo por Ignacio Cervantes (MVZ), lo que demuestra que el seguimiento exhaustivo garantiza productos que cumplen estándares exigentes de inocuidad y calidad.
Empresas como MSD Salud Animal refuerzan esta cadena con soluciones tecnológicas, registros sanitarios y programas de bienestar que optimizan la productividad y ayudan a disipar mitos, como el del metano en vacas, fortaleciendo una narrativa basada en datos y transparencia.
Fuente: Diario de México – Ver nota original
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