El mecanismo operativo del programa se basa en la vinculación directa entre los productores lecheros locales y los consumidores finales, eliminando o minimizando la cadena de intermediación. Al reducir los costos logísticos y de comercialización, la SEDRAE consigue ofrecer la leche fluida y el queso fresco a precios significativamente más bajos que los del mercado retail. Esto no solo beneficia al consumidor, sino que también ofrece a los productores lecheros un canal de venta estable y seguro, que garantiza la liquidez y el pago justo por su leche cruda.

Un aspecto clave de este programa de abasto social es la garantía de calidad e inocuidad. La SEDRAE debe asegurar que los productos lácteos distribuidos bajo este esquema cumplan con todos los estándares sanitarios y de composición nutricional. Esto implica una rigurosa vigilancia en la cadena de frío y en el procesamiento del queso, brindando confianza a los beneficiarios. Al mismo tiempo, el periodismo de datos sobre el impacto nutricional de estos programas puede ayudar a medir el retorno social de la inversión pública en el sector agropecuario.

Desde una perspectiva económica, este programa de precios subsidiados funciona como un apoyo indirecto a la ganadería lechera local. Al aumentar el volumen de venta a través de un canal gubernamental seguro, se fomenta la producción local de leche y se incentiva la inversión en las granjas. El programa, en esencia, utiliza la demanda social como un motor para la activación económica del sector primario, fortaleciendo la soberanía alimentaria al depender de la producción nacional.