El principal atractivo de la leche de yak reside en sus extraordinarias propiedades. Es notablemente más rica en proteínas, grasas saludables y calcio que la leche de vaca, lo que la convierte en un superalimento para deportistas y personas con altas exigencias nutricionales. Además, su composición natural incluye antioxidantes y vitaminas que fortalecen el sistema inmunológico, un factor clave para la salud y el bienestar.

La popularidad de este lácteo se está expandiendo a través de sus productos derivados, como el queso de yak y el yogur. Estos productos no solo conservan sus beneficios nutricionales, sino que también ofrecen un sabor y una textura distintivos que atraen a los consumidores que buscan experiencias gastronómicas nuevas y saludables. Este interés creciente podría abrir una nueva línea de negocio para la agroindustria.

Para los productores, la ganadería de yak presenta sus propios desafíos y oportunidades. Aunque la producción lechera de un yak es menor que la de una vaca Holstein, la adaptabilidad de estos animales a entornos extremos y la calidad superior de su leche cruda podrían compensar la diferencia. La industria láctea podría considerar la integración de estos modelos de producción para ofrecer una gama de productos lácteos más amplia y especializada.