La llegada de Liconsa a la región de Mazatlán, San Ignacio y Elota es un hito para los productores, que a menudo se enfrentan a la intermediación y a los bajos precios que les ofrecen las grandes empresas. Al tener un comprador como Liconsa, los ganaderos pueden planificar su producción con mayor confianza y recibir un precio que les permite cubrir sus costos de producción y obtener un margen de ganancia. Esto es fundamental para que las granjas puedan ser sostenibles a largo plazo.

El convenio entre Liconsa y los productores de leche locales no es solo una transacción comercial, sino también una herramienta para el desarrollo social y la seguridad alimentaria. La leche que se produce en la región será procesada y distribuida a las familias de bajos recursos a través del programa de abasto social, lo que garantiza que más personas tengan acceso a un alimento nutritivo y asequible. Es un ciclo virtuoso en el que la producción local se traduce en un beneficio directo para la comunidad.

La iniciativa de Liconsa también es una señal de que el gobierno está comprometido con el fortalecimiento del sector agropecuario en Sinaloa. Al apoyar a los productores de leche y al invertir en la cadena de suministro local, las autoridades están creando un entorno de negocios favorable que atraerá más inversiones en el futuro. Es un modelo de colaboración que podría replicarse en otras regiones para impulsar la producción nacional de leche y reducir la dependencia de las importaciones.