El enfoque en la calidad de la leche implica la adopción de nuevas tecnologías, la capacitación constante de los ganaderos y la implementación de estrictos controles sanitarios a lo largo de toda la cadena de valor. Desde la alimentación del ganado lechero hasta el transporte de la leche cruda a las plantas de procesamiento, cada etapa es crucial para preservar la integridad del producto y garantizar su excelencia.

Además de la inocuidad, se busca que la producción lechera mexicana sea reconocida por su valor nutricional. Esto implica promover prácticas que mejoren la composición de la leche, como el manejo adecuado de los rebaños y la formulación de dietas balanceadas para las vacas. Una leche de mayor calidad no solo es más segura, sino que también ofrece mayores beneficios para la salud de los consumidores.

Para la industria láctea mexicana, este impulso hacia la lechería segura y de calidad representa una oportunidad para ganar mayor competitividad en los mercados nacionales e internacionales. Al diferenciar sus productos lácteos por su confiabilidad y excelencia, las empresas pueden fortalecer su posición y abrir nuevas vías de exportación, contribuyendo significativamente a la economía láctea del país.