Analistas del sector alimentario anticipan que la adopción masiva de estas píldoras impulsará cambios estructurales en la industria de alimentos envasados y restaurantes de comida rápida. A medida que el apetito se modula y los consumidores optan por opciones de menor volumen calórico, las empresas deberán revisar recetas, etiquetados y portafolios de productos para ajustarse a las nuevas preferencias.

Ya se observa un giro hacia alimentos con mayor contenido de proteínas y fibra y porciones más pequeñas. Empresas como Conagra Brands y Danone reportan crecimiento en categorías proteicas, mientras que marcas globales como Nestlé desarrollan líneas específicas para este segmento de consumidores que buscan productos compatibles con tratamientos GLP-1.

Estudios preliminares muestran que los hogares que incluyen medicamentos GLP-1 en sus estilos de vida tienden a reducir el gasto en comestibles tradicionales y comidas rápidas, aunque aumentan ligeramente el gasto en yogur y frutas frescas. Este cambio de comportamiento, de mantenerse, implica una reconfiguración de la demanda y de los patrones de consumo global.