Recalcó que México es uno de los principales importadores de leche a nivel mundial, especialmente en polvo y quesos provenientes de Estados Unidos, Nueva Zelanda, Australia y Sudamérica.
Productores mexicanos hacen un llamado al gobierno federal para incentivar la producción y el consumo de leche nacional, frente a la alta dependencia de importaciones y para reducir el déficit actual.
El director de Rancho Fuentezuelas, Ignacio Cervantes Gutiérrez, explicó que los productores requieren de incentivos adecuados para aumentar la producción lechera en el país, lo cual ayudará a alcanzar la anhelada soberanía alimentaria.
“Somos uno de los países que estamos más abiertos a las importaciones lácteas, sería ideal que la Secretaría de Economía regule mucho más la entrada de estos productos para permitirle a nuestros productores un crecimiento más allá de lo que hoy tenemos y, sobre todo, generar más empleos y bien pagados”, sostuvo.
Recalcó que México es uno de los principales importadores de leche a nivel mundial, especialmente en polvo y quesos provenientes de Estados Unidos, Nueva Zelanda, Australia y Sudamérica.
“No tenemos una política clara del gobierno en relación con lo que se quiere con la leche. Tenemos una dependencia (o Secretaría) dentro del gobierno que impulsa la producción y tenemos otra que desestimula el consumo”, subrayó Soltero Gardea.
“La Secretaría de Salud es el peor enemigo que hay en este país para el consumo de leche (porque la grasa provoca obesidad en los niños), muchas veces sustentado solamente en ideología y no en información científica”, aseguró.
Otra de las explicaciones es que el mercado mexicano está fragmentado. El 97% de las más de las más de 154,000 unidades de producción (como ranchos o granjas) registradas tienen menos de 100 vacas y producen aproximadamente 50% de la leche para consumo nacional y menos del 1% tienen más de 1,000 vacas.
Además, los pequeños productores no tienen el alcance para llevar la leche a las grandes procesadoras o comercializadoras.
Sergio Soltero recordó que el gobierno incluyó al sector lechero en un acuerdo comercial “en el que se cedió mucho, pero se protegió poco. Entonces el productor ha tenido que pagar estas cuotas que el mercado abierto establece”.
México seguirá dependiendo de importaciones, desaprovechando la capacidad de los productores nacionales para satisfacer la demanda interna y fortalecer la economía nacional, advirtió.
En 2023, México importó 370,561 toneladas de leche en polvo, 2.4% más que el año previo, con un valor de 1,158 millones de dólares, de acuerdo con datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).
Por el contrario, la producción nacional disminuyó 1.3%, a 237,930 toneladas de leche en polvo en el mismo año.
Mientras que el consumo per cápita de leche es de entre 115 y 120 litros anuales, por debajo de los 190 litros recomendados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Impulso a productores
Para aumentar la producción y consumo nacional se deberían revisar y regular las importaciones mediante la reducción de cuotas, sugirió Ignacio Cervantes.
Las políticas también deberán contemplar apoyos a pequeños productores para el financiamiento de maquinaria, tecnología, capacitación y asistencia, así como para mejorar la infraestructura.
Además, fortalecer canales de comercialización, como Liconsa (que cambiará de nombre a Leche del Bienestar y que distribuye 1,100 millones de litros de leche al año en comunidades vulnerables), para garantizar compras estables y mejor pagadas, especialmente a los pequeños productores.
El 50% de esa cantidad de litros, Liconsa lo adquiere de productores pequeños y medianos del país, particularmente de los estados de Chihuahua y Jalisco.
El director de Rancho Fuentezuelas dijo que los precios actuales pagados a productores varían entre 5 y 12 pesos por litro, mientras que el consumidor paga hasta 27 pesos por litro de leche fresca entera.
“Sin regulaciones, competimos en desventaja”, advirtió. “Tenemos que regular las cuotas y pedirle al gobierno que confíe en sus productores, que crea en nosotros, que nosotros tenemos la capacidad. Hay muchos ganaderos en el sector social que pueden contribuir grandemente”, abundó.
Durante un recorrido en el Rancho Fuentezuelas, ubicado en Tequisquiapan, Querétaro, Cervantes Gutiérrez detalló que ordeñan alrededor de 1,300 vacas tres veces al día, con una producción promedio diaria de 40 litros por animal.
Sergio Soltero propuso que, para reducir la dependencia de importaciones del producto lácteo, el gobierno adquiera los excedentes de leche y los transforme en leche en polvo, queso u otros derivados, destinándolos a programas asistenciales en comunidades vulnerables, hospitales, escuelas, el DIF y otras instituciones.
Para promover el consumo, explicó, han solicitado desde hace algunos años a la Secretaría de Salud modificar la definición de leche en la Ley General de Salud, para considerarla como un “alimento” por su contenido proteico y no como “bebida”.
En función de ese cambio de definición el trato y, por lo tanto, el consumo, serán diferentes, opinó.
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