En Guanajuato, productores artesanales alzan la voz: precios bajos no justifican la caída en calidad ni la salud del sector.
En Guanajuato, los queseros artesanales enfrentan una presión creciente por parte de los llamados “quesos artificiales” o análogos, cuyos precios oscilan entre 90 y 100 pesos el kilo, a diferencia de los 200–500 pesos de los naturales. Esta diferenciación económica genera una competencia percibida como desleal por los productores locales.
Los quesos artesanales requieren altos costos de producción, que incluyen pasteurización, alimentación del ganado y mano de obra especializada, elementos ausentes o reducidos en los sucedáneos lácteos. Este desequilibrio favorece a productos industriales que sacrifican calidad y sabor por precios más accesibles.
A pesar de la presión en ventas, los productores defienden la calidad de sus productos: no se derriten de la misma forma, tienen sabor auténtico de leche y ofrecen beneficios nutrimentales superiores que los consumidores han aprendido a valorar .
Frente a la crisis, los queseros están reconfigurando sus modelos de negocio: estudian mercados, lanzan productos novedosos y se enfoca en segmentos premium que reconocen el valor del queso artesanal.
Este momento crítico se percibe como una oportunidad para consolidar la industria láctea artesanal. A través de innovación, marketing estratégico y educación al consumidor, los productores buscan posicionarse como una alternativa de calidad en un entorno que diluye lo genuino.
Fuente: TV4Noticias – Ver nota original
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