Con más de 75 años en la vida de los mexicanos, Lala apuesta por un rediseño que combina frescura, autenticidad y modernidad.
Pero incluso una marca tan querida en el mercado mexicano enfrentan el desafío de mantenerse relevante en un mundo donde los consumidores evolucionan rápido y las generaciones cambian sus formas de ver la vida, la alimentación y la comunicación. No hay que tener miedo a reinventarse, tal vez es lo único que nos puede salvar.
Consciente de este reto, Grupo Lala se decidió una vez más. Su rebranding, a cargo de la agencia boutique argentino-mexicana Conciergency, no solo actualiza la imagen de la marca, sino que busca conectar con nuevas generaciones sin perder la esencia de naturalidad, frescura y calidad que es su definición.

Con este cambio, los envases se convierten en un puente de comunicación directa con el consumidor: transmiten claridad y confianza, refuerzan el propósito de la marca en la vida cotidiana.
Sin embargo, no es el único rebranding que ha tenido la marca. Desde 1967, la marca ha transformado su rostro una y otra vez, sin miedo al éxito, centrándose sobre todo en mantener la frescura de sus valores y reforzar su identidad como ícono en nutrición.

El diseño como estrategia de conexión
Detrás de este rediseño estuvo Conciergency, agencia que desde hace un año colabora con Grupo Lala. No perder la autenticidad es el reto de muchas marcas, pero hacerla accesible al consumidor fue algo que querían lograr.
“La evolución del logo a un formato en dos pisos representa mucho más que un ajuste visual: es un cambio estratégico que redefine la identidad de Lala”, explicó Valentina Zuchiatti, Head of Design en Conciergency. “Este gesto, aparentemente simple, transformó la arquitectura de marca y hoy lo estamos llevando a todos los empaques, logrando mayor visibilidad en anaquel y una presencia más potente frente al consumidor”.
La agencia, con experiencia global en branding y packaging, trabajó con un equipo multidisciplinario de diseñadores, estrategas y creativos digitales para lograr un sistema visual integral y consistente.
“Detrás de un cambio tan visible como el nuevo logo, hubo un trabajo profundo de diseño y detalle. Cada pack se convirtió en una oportunidad para reforzar la evolución de Lala y acercarla más al consumidor”, añadió Luciana Marega, Design Coordinator en Conciergency.
Lo que pueden aprender otras marcas
El caso Lala deja una lección clara: no basta con ser una marca querida, hay que atreverse a cambiar. Ya Taylor Swift, la experta en transformar su música, estilos y Eras, lo explicó una vez.
Otras compañías lo aplican y brillan. Pepsi relanzó su logo en 2023 que tenía un aire retro, pero adaptado a la era digital; Burger King modernizó su identidad en 2021 con un diseño más simple y nostálgico que conquistó a los consumidores.
En México, Bimbo y Sabritas también transformaron sus empaques (hacia lo retro) para transmitir nostalgia, recordar la tradición, pero sin dejar de lado la creatividad y cercanía a las nuevas audiencias.

No temer al cambio, ese es el camino. Para lograrlo, las marcas necesitan revisar sus herramientas visuales y narrativas. Al final, la apuesta de Lala demuestra que el verdadero éxito está en equilibrar tradición y modernidad para seguir siendo relevantes en un mercado que nos exige estar en lo más top de las tendencias.
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