La clave del éxito de los ganaderos ha sido la combinación de una buena temporada de lluvias con una planificación eficiente y la inversión en tecnología. Los productores han aprovechado el buen clima para sembrar y cosechar forraje como maíz y sorgo en cantidades sin precedentes. Este forraje se almacena en silos y pacas para ser utilizado en el estiaje, lo que asegura una alimentación constante y de calidad para el ganado lechero. La gestión de recursos y la tecnología agrícola han sido fundamentales para este logro.

La disponibilidad de forraje en el estiaje tiene un impacto directo en la rentabilidad y la sostenibilidad del sector lechero. Cuando la producción de forraje es baja, los ganaderos se ven obligados a comprar alimento balanceado a precios más altos, lo que reduce sus márgenes de ganancia. Al tener un stock de forraje propio, los productores de Sinaloa pueden reducir sus costos de producción y garantizar que la producción de leche se mantenga estable, sin verse afectada por la sequía.

Además de los beneficios económicos, la seguridad alimentaria del ganado también tiene un impacto en la salud animal y en la calidad de la leche. Una alimentación adecuada y constante es esencial para que las vacas puedan producir leche de calidad. El récord de producción de forraje en Sinaloa es una excelente noticia para la industria láctea que depende de la leche cruda de la región. Es un factor clave para que el sector pueda seguir siendo competitivo en el mercado.