Las audiencias públicas del USTR revelan la polarización de intereses dentro del propio sector agrícola estadounidense respecto al tratado comercial. La audiencia pública del USTR que se extenderá hasta este viernes debería servir para que la administración de Trump decida sobre el futuro del T-MEC cuando se revise el 1 de julio del próximo año. Recibió mil 500 comentarios y está previsto que intervengan unas 150 personas para tratar temas como reglas de origen, normas laborales, contenido digital, cadenas de suministro y regulación ambiental Engormix. Este proceso de consulta masivo evidencia la complejidad de equilibrar intereses sectoriales divergentes dentro de una economía agrícola tan diversificada como la estadounidense.

El sector agrícola mayoritariamente defiende el T-MEC como instrumento crítico para su viabilidad económica ante amenazas arancelarias unilaterales. En su primer día la audiencia estuvo dominada por la participación de líderes agrícolas, quienes defendieron la importancia del T-MEC para su sector, dado que les ha permitido ampliar sus ingresos, y al mismo tiempo criticaron las afectaciones que les trae la política arancelaria Engormix. Productores de soya, almendras y hortalizas advirtieron sobre represalias comerciales que devastarían sus exportaciones, recordando pérdidas millonarias durante la guerra comercial del primer mandato Trump cuando México respondió con aranceles punitivos contra productos agrícolas estadounidenses estratégicamente seleccionados por impacto político.

Sin embargo, el sector lácteo estadounidense articula acusaciones específicas contra Canadá que complican el panorama de renovación automática del tratado. “Lamentablemente, Canadá tiene una larga historia de trabajar para identificar y explotar las lagunas en sus compromisos comerciales de productos lácteos en lugar de cumplirlos de buena fe”, acusó la vicepresidenta ejecutiva de la Federación Nacional de Productores de Leche y del Consejo de Exportación de Productos Lácteos de Estados Unidos, Shawna Morris Engormix. Estas denuncias se centran en el sistema de gestión de oferta canadiense que, según exportadores estadounidenses, mantiene barreras no arancelarias que limitan acceso real al mercado lácteo canadiense pese a compromisos formales del T-MEC.