La capacitación, impartida por la especialista Juliana Juárez Moya, puso especial énfasis en las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) y el manejo higiénico de los insumos. Para el sector lechero profesional, estos conocimientos son la piedra angular para garantizar la inocuidad alimentaria y la estandarización de productos como quesos y cremas. La jornada no solo cubrió la técnica química de la transformación láctea, sino que también orientó a los asistentes sobre cómo elevar la calidad final para competir en mercados locales con productos diferenciados y seguros.

Desde la perspectiva de la economía social y el autoempleo, este programa responde a la necesidad urgente de diversificar los ingresos en el ámbito rural. El aprovechamiento de los recursos locales permite que las familias rurales disminuyan su dependencia de los canales de comercialización tradicionales, muchas veces desfavorables para el pequeño productor. Al procesar su propia leche, el habitante de Valle de Allende incrementa su margen de rentabilidad, creando una microeconomía circular que inyecta vitalidad al tejido productivo de la región.

El compromiso gubernamental, encabezado por el alcalde Rafael Payán Morales, subraya la importancia de la vinculación institucional para el crecimiento agroindustrial. Estas acciones de capacitación son fundamentales en zonas con tradición ganadera, ya que modernizan procesos artesanales sin perder la esencia local. La meta a largo plazo es el fomento de una actividad productiva sostenible que no solo mejore la calidad de vida de los capacitados, sino que también posicione a Allende como un polo de producción de derivados lácteos de calidad en el estado.