- En diez municipios, más de 9 mil productores se enfrentan a la cruda realidad de la sequía.
- Esta situación ha llevado a muchos ganaderos a vender crías demasiado jóvenes para sobrevivir.
- La solicitud de alimento para el ganado y semillas para cultivar forraje resuena en las oficinas gubernamentales.
GÓMEZ PALACIO.- EN EL ÁRIDO PANORAMA DEL NORTE DE DURANGO, LA SEQUÍA Y EL CALOR HAN TEJIDO UNA CRUDA REALIDAD PARA LOS PRODUCTORES PECUARIOS.
Con cerca de 500 mil cabezas de ganado luchando contra la deshidratación y las altas temperaturas, la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural del estado (SAGDR) enfrenta una crisis que amenaza el sustento de miles de familias.
Los datos recabados por la ventanilla autorizada del Sistema Nacional de Identificación Individual de Ganado (SINIIGA) de Durango Norte pintan un panorama desolador. En diez municipios, más de 9 mil productores se enfrentan a la cruda realidad de la sequía, que ha provocado la muerte de alrededor de 26 mil cabezas de ganado en el año anterior. Las estadísticas, sin embargo, no reflejan el sufrimiento diario de los animales ni el desespero de quienes dependen de ellos para subsistir.
En esta región, donde el termómetro supera los 45 grados centígrados, el ganado lucha por sobrevivir sin pastizales ni fuentes de agua adecuadas. El aumento en los precios del alimento agrava aún más la situación, dejando a los productores con la difícil tarea de equilibrar sus presupuestos entre el combustible necesario para llevar agua a los agostaderos y el costoso alimento suplementario.
Ricardo Valles Cejas, jefe de la ventanilla del SINIIGA en la Unión Ganadera Regional del Norte de Durango (UGRND), describe la desesperación de los animales, que buscan fuentes de agua cada vez más escasas. La falta de líquidos no solo causa desnutrición, sino que también puede llevar a la inanición, obligando a los ganaderos a tomar decisiones desgarradoras, como vender crías demasiado jóvenes para sobrevivir.
UN SECTOR ENTRE LA ESPADA Y LA PARED
Ante esta crisis, los productores claman por ayuda. La solicitud de alimento para el ganado y semillas para cultivar forraje resuena en las oficinas gubernamentales. Aunque se han implementado programas de apoyo, como la entrega de suplementos alimenticios y la construcción de abrevaderos, la respuesta parece insuficiente frente a la magnitud del problema.
La sequía parece ser un problema latente en el norte de Durango. Mientras los ganaderos luchan por salvar a sus animales y su sustento, queda claro que se necesitan medidas más efectivas y sostenibles para enfrentar los desafíos del cambio climático y proteger a las comunidades rurales.
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