Abbott fue demandada por una madre de Illinois, Margo Gill, por no indicar que su fórmula de leche vacuna podría causar esta grave infección en bebés prematuros.
Un jurado de Misuri, Estados Unidos, condenó a la farmacéutica Abbott a pagar 495 millones de dólares por considerar que la leche para bebés prematuros que fabrica el grupo estadounidense provocó una grave enfermedad intestinal en un niño.
El caso, decidido el viernes por la noche en un tribunal de St. Louis, Misuri, es una de las varias demandas pendientes contra Abbott según las cuales su fórmula láctea para bebés prematuros aumenta el riesgo de necrosis intestinal (enterocolitis necrosante) en los bebés, de acuerdo al sitio web Courtroom View Network.
Abbott fue demandada por una madre de Illinois, Margo Gill, por no indicar que su fórmula de leche vacuna podría causar esta grave infección en bebés prematuros.
Gill dijo que su pequeña hija Robynn desarrolló enterocolitis necrosante en 2021 después de ser alimentada con la fórmula Similac de Abbott, mientras todavía estaba en cuidados intensivos neonatales, informó el canal local KSDK.
La niña sobrevivió pero sufre secuelas irreversibles. La tasa de mortalidad relacionada con esta enfermedad en bebés prematuros puede llegar hasta el 50%, según la Biblioteca Nacional de Medicina.
El grupo Abbott fue condenado a pagar 95 millones de dólares en concepto de daños compensatorios y una multa de 400 millones de dólares.
“Estamos totalmente en desacuerdo con este veredicto, que no fue unánime, y seguimos creyendo que el estado de Robynn es una tragedia de la que nadie es responsable”, dijo a la AFP Scott Stoffel, portavoz del laboratorio.
“No hay evidencia científica de que los productos para bebés prematuros de Abbott causen o contribuyan a la enterocolitis necrosante”, añadió. “Las fórmulas especializadas y fortificantes, como la utilizada en este caso, son parte del estándar de atención de la comunidad médica y, junto con la leche materna, son las únicas opciones disponibles para la alimentación de bebés prematuros”, concluyó.
El director general de Abbott, Robert Ford, también calificó el asunto como “una teoría sin fundamento ni base científica” durante la presentación de los resultados financieros del grupo la semana pasada.
La empresa no ha indicado si tiene intención de retirar este producto.
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