Antes del Tetra Pak, la leche se vendía en botellas de vidrio, un material pesado y frágil que limitaba el alcance de la distribución. El envase de cartón, ligero y resistente, cambió por completo el juego. La leche ya no necesitaba ser refrigerada para su transporte, lo que permitió que las empresas lácteas pudieran llegar a mercados lejanos y a comunidades rurales que antes no tenían acceso a este alimento. La innovación del Tetra Pak democratizó el consumo de leche y la convirtió en un producto de consumo masivo en todo el mundo.

La esterilización de la leche, un proceso fundamental para que la leche pueda ser almacenada a temperatura ambiente en un envase de Tetra Pak, también revolucionó la producción. Las empresas invirtieron en tecnología de esterilización y envasado aséptico, lo que les permitió producir y distribuir leche con una vida útil mucho más larga. Este avance no solo redujo las pérdidas por caducidad, sino que también garantizó la inocuidad de la leche, lo que generó una mayor confianza en el consumidor.

El Tetra Pak también tuvo un impacto en la sostenibilidad de la industria láctea. Aunque el cartón no es un material 100% ecológico, su peso ligero y su diseño compacto lo hacen más eficiente para el transporte, lo que reduce la huella de carbono de la cadena de suministro. Además, la tecnología de envasado aséptico ha permitido que la leche y otros productos no necesiten ser refrigerados, lo que se traduce en un menor consumo de energía en los supermercados y en los hogares.