El labneh se diferencia de otros quesos por su proceso de elaboración, que es increíblemente sencillo y accesible para cualquier persona. Se prepara drenando el suero del yogurt natural, lo que resulta en una textura densa y cremosa, similar a la del queso crema, pero con un toque ligeramente ácido y refrescante. Esta simplicidad de preparación lo convierte en un producto muy atractivo para los consumidores que buscan alimentos frescos y naturales, hechos en casa.

La versatilidad del labneh es otra de sus principales ventajas. Se puede consumir de diversas formas, desde un untable para tostadas y panes, hasta un ingrediente clave en salsas y aderezos. Además, su perfil de sabor neutro le permite combinarse con ingredientes dulces, como la miel y las frutas, o salados, como el aceite de oliva, el zaatar y las hierbas frescas. Esta flexibilidad lo ha hecho indispensable en la gastronomía mediterránea y ha captado el interés de chefs y foodies en todo el mundo.

El crecimiento de la demanda de labneh es una excelente noticia para el sector lácteo, especialmente para los productores de yogurt. La popularidad de este queso impulsa el consumo de yogurt natural, que es la materia prima esencial para su elaboración. Este fenómeno es un recordatorio para la industria de que el éxito de un producto puede generar un efecto dominó que beneficie a toda la cadena de suministro, desde el productor de leche hasta el consumidor final.