Ganaderos de Aguascalientes estiman una pérdida económica de 33 millones de pesos por la suspensión de la compra de leche de Liconsa, generando una crisis de liquidez en el cierre del año.
El impacto de la reciente suspensión de la compra de leche cruda por parte de Liconsa ha sido cuantificado con cifras alarmantes por el sector ganadero de Aguascalientes. Las familias productoras estiman que la paralización de las adquisiciones estatales se traducirá en una pérdida económica superior a los 33 millones de pesos. Esta cifra representa el valor de la leche que no será comprada a precio de garantía en el último mes del año, obligando a los ganaderos a colocar su producción a precios de emergencia que están muy por debajo de su costo de operación.
La gravedad de la situación radica en la función esencial de Liconsa como estabilizador de precios. Al retirar su capacidad de compra del mercado en un momento tan sensible, la paraestatal no solo deja a los productores sin un destino seguro para su leche, sino que también genera una sobreoferta artificial que deprime aún más los precios de la leche cruda que paga la industria privada. Este efecto dominó compromete la liquidez de las granjas, poniendo en riesgo el pago de nóminas, forrajes y otros costos de producción de diciembre.
El líder de la Asociación Ganadera Local Especializada en Producción de Leche (AGLEP), Juan Pablo Franco Díaz, ha sido la voz de alarma, solicitando la urgente intervención de las autoridades federales para encontrar una solución presupuestaria inmediata. La exigencia del sector es que se honre el compromiso de compra y se evite que la crisis de liquidez se extienda, lo cual afectaría a la capacidad productiva de cara al próximo año. Para los analistas del sector lácteo, la incertidumbre presupuestaria es el mayor enemigo de la planeación agroindustrial.
El dilema de Liconsa —la falta de presupuesto para cerrar el ciclo fiscal— evidencia la necesidad de una reforma estructural en la forma en que el gobierno gestiona los programas de abasto social y los precios de garantía. La producción de leche es un proceso continuo que no se detiene; por lo tanto, las políticas de compra deben ser predecibles y sostenibles a lo largo de los 12 meses del año. La interrupción de la compra genera una desconfianza que podría llevar a algunos productores a buscar alternativas fuera del programa.
En conclusión, la estimación de pérdidas de $33 millones de pesos en Aguascalientes por el freno de Liconsa es un llamado de atención sobre la vulnerabilidad de la ganadería lechera ante los vaivenes presupuestarios. El sector exige certidumbre y que se implementen mecanismos financieros que garanticen la compra de la leche cruda nacional a precio justo, protegiendo así la sostenibilidad económica de la producción láctea y el abasto de proteína a las familias beneficiarias.
Fuente: Para más detalles sobre la estimación de pérdidas de los productores de Aguascalientes por el freno del programa Leche del Bienestar, consulta el artículo de La Jornada.
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