El sector lechero en Guanajuato enfrenta una crisis grave, con comunidades que han perdido hasta el 80 por ciento de su producción.
Miguel Nieto Montoya, exlíder y productor lechero, dijo que la situación para este sector es grave y va rumbo a la desaparición ante el olvido del gobierno federal. Un ejemplo es la comunidad de San José del Brazo, que tenía más de 200 cabezas de ganado lechero y solo le han quedado unas 8 o 10, con tendencia a ir disminuyendo y desaparecer, precisó.
“Este sector está hundido, los establos están en el abandono, no hay hatos de ganado lechero. El centro de acopio de Liconsa en Valle de Santiago recibe leche de unos 4 productores de la región de Valle; el resto viene de Abasolo y Pénjamo, porque los de Celaya se acabaron, y los de Jaral del Progreso apenas quedan unos 2 o 3, lo que denota el olvido en la ganadería. Del inicio del sexenio pasado a la fecha, el ganado lechero disminuyó fácil entre un 70 y 80 por ciento en la producción de leche. En una semana se entregaban hasta 140 mil litros; hoy los lecheros de la zona solo alcanzan a entregar unos 35 mil litros. Por eso se ha tenido que recurrir a los lecheros de Abasolo y otras ciudades que se estima llegan a traer unos 50 mil litros para acabar con las pipas”, dijo.
Nieto Montoya añadió que “a nivel federal los dejaron solos y seguramente, por la política que traen, así seguirán. En tanto, si esperamos apoyos del gobierno del Estado, porque nunca nos han dejado solos. El único que no nos ha olvidado es el gobierno estatal, aunque el apoyo sea poco, pero con eso algunos han subsistido”, explicó.
El líder ganadero destacó que de traspatio no hay ganado lechero.
“En la comunidad de San José del Brazo había entre 200 y 250 vacas; actualmente no encontramos más que unas 8 o 10 como máximo. Además, los lecheros que aún tienen ganado entregan su producto y reciben como pago 11.05 pesos el litro, y el pago se atrasa siempre, lo que hace imposible seguir con esta actividad”.
Dijo que no hay proyecto para reactivar el sector.
“Antes traían vacas de Nueva Zelanda, de Estados Unidos y Canadá; apoyaban con una cantidad para repoblar los hatos ganaderos. Incluso existía el programa Recréate, en el que por cada becerra que se tenía, se apoyaba con mil o 2 mil pesos para alimento, para que se desarrollara y produjera leche. Pero todos esos programas se acabaron y hoy no hay posibilidad de repoblar con ganado lechero”, lamentó.
Finalmente, dijo que con la política ganadera se está dejando de lado la producción lechera que tanta falta hace.
“Es lamentable que las dependencias encargadas del tema hagan como que no pasa nada, mientras esta actividad está rumbo a la desaparición, reiteró.
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