La suspensión de la compra de leche por parte de Liconsa desata el pánico en Aguascalientes, donde ganaderos claman al Gobierno Federal que no los abandone ante la crisis de sobreoferta.
El sector lechero de Aguascalientes atraviesa un momento de máxima tensión tras la comunicación formal de Liconsa de que suspendería indefinidamente la compra de leche cruda a los productores locales. Este cese abrupto de la principal demanda institucional ha provocado una crisis de certidumbre en la cuenca, ya que el precio de garantía ofrecido por el programa “Leche para el Bienestar” es esencial para la viabilidad económica de las pequeñas y medianas granjas. La decisión, que se atribuye a limitaciones presupuestarias federales, amenaza con colapsar el flujo de caja de miles de familias ganaderas.
Los productores afectados han hecho un llamado desesperado al Gobierno Federal, pidiendo que no los abandone ante la coyuntura de sobreoferta que se ha generado. Liconsa actúa como un colchón de mercado que estabiliza los precios al absorber grandes volúmenes de leche cruda nacional. Sin esta demanda, los ganaderos se ven forzados a recurrir a compradores privados o intermediarios que pagan precios considerablemente inferiores, lo cual no cubre los costos de producción, especialmente los asociados a los forrajes y la energía.
La Asociación Ganadera Local Especializada en Producción de Leche (AGLEP) ha enfatizado que la producción láctea es un proceso biológico continuo que no se puede detener. Las vacas siguen produciendo leche, y el volumen diario debe ser procesado o vendido de inmediato. Esta urgencia convierte a los productores en víctimas de la volatilidad de precios tan pronto como el comprador institucional se retira. La AGLEP insta a una solución inmediata, como la asignación extraordinaria de recursos o la canalización de la leche a otras instancias de abasto social.
El impacto de este abandono institucional va más allá de la pérdida económica inmediata. Si la crisis se prolonga, los ganaderos podrían verse obligados a liquidar parte de sus hatos lecheros, perdiendo así capacidad productiva instalada que tardará años en recuperarse. Para el sector agroindustrial internacional, el caso de Aguascalientes es un ejemplo de cómo la incertidumbre en la política de precios puede desestabilizar rápidamente una cuenca lechera que ha invertido en tecnificación y eficiencia.
En conclusión, la solicitud de los ganaderos de Aguascalientes es un reclamo de certidumbre y cumplimiento de promesas. La suspensión de la compra de leche de Liconsa por motivos presupuestarios pone en evidencia la fragilidad de la economía del productor primario y la necesidad de mecanismos financieros robustos que garanticen el precio de garantía durante todo el año fiscal. El Gobierno Federal tiene la responsabilidad de evitar el colapso productivo y proteger el abasto de leche nacional.
Fuente: Para más detalles sobre la suspensión de la compra de leche por Liconsa y el llamado de los productores, consulta la nota de El Sol del Centro.
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