La ampliación del programa es una respuesta directa a la necesidad de llevar productos lácteos de calidad a un precio accesible a un mayor número de familias, especialmente en comunidades vulnerables. La leche, por su alto valor nutricional, es fundamental para el desarrollo infantil y la salud general. Esta iniciativa busca asegurar que el acceso a un alimento básico no dependa de la situación económica, mejorando así la seguridad alimentaria a nivel nacional.

Para los productores de leche mexicanos, esta expansión es una excelente noticia. Significa un aumento en la demanda de leche cruda que el gobierno comprará para el programa, lo que se traduce en mayor estabilidad y volumen de ventas para sus granjas lecheras. El programa actúa como un amortiguador de mercado, brindando certeza a la producción lechera y contribuyendo a la sostenibilidad económica de miles de familias dedicadas a la ganadería.

El fortalecimiento de programas como “Leche para el Bienestar” tiene un impacto más allá del consumo directo. Impulsa la economía rural, fomenta la inversión en el sector lácteo y genera empleo en toda la cadena de valor, desde el campo hasta la distribución. Es una política que demuestra cómo la inversión social puede ir de la mano con el desarrollo de la agroindustria, creando un círculo virtuoso de crecimiento y bienestar.