El festival busca enaltecer la tradición del “lechero”, un personaje icónico que distribuye leche fresca y café con leche en las mañanas, así como el esquite, un antojito a base de maíz que es ampliamente consumido. Esta combinación resalta la versatilidad de la leche como ingrediente y bebida, promoviendo su consumo y su valor nutricional. Para los productores, eventos como este son una vitrina para su producción lechera.

Además del aspecto gastronómico, el Festival del Lechero suele incluir actividades culturales, musicales y recreativas, convirtiéndolo en un atractivo turístico para la región. La participación de artesanos, comerciantes locales y, por supuesto, de los propios productores de leche, genera un importante derrame económico y fomenta el desarrollo de las comunidades anfitrionas, mostrando el lado más amigable de la agroindustria.

Para el sector lácteo, iniciativas como este festival son cruciales para conectar con el consumidor final y fortalecer la imagen de la leche y los productos lácteos como parte de la identidad cultural y la dieta diaria. Es una forma efectiva de destacar la frescura de la leche cruda y el trabajo de miles de ganaderos que con esfuerzo diario hacen posible que este alimento llegue a cada hogar.