El sector lácteo de Yucatán está en el centro de un debate crucial sobre la seguridad alimentaria y la economía de la región. En un discurso a productores, el gobernador del estado lanzó un mensaje contundente: “quien no produce alimentos está destinado a desaparecer”. Esta afirmación, que ha resonado en el campo yucateco, subraya la importancia de la producción local y la autosuficiencia alimentaria. Para los productores, los industriales y los analistas del sector, este es un llamado a la acción para que la industria láctea se convierta en un motor de crecimiento y desarrollo en el estado.

La frase del gobernador no es solo una advertencia, sino también una motivación. El sector lácteo de Yucatán, que ocupa el último lugar en la producción nacional de leche, enfrenta desafíos importantes, como la falta de tecnología, la escasez de agua y los altos costos de producción. Sin embargo, la voluntad de cambio es fuerte. El gobierno y los productores están trabajando en un plan para impulsar la producción lechera local, con el objetivo de que la región pueda cubrir su demanda interna y reducir su dependencia de las importaciones.

La inversión en el campo es clave para que el sector lácteo de Yucatán pueda prosperar. El gobierno ha prometido apoyos financieros y asesoramiento técnico para que los ganaderos puedan mejorar sus prácticas, aumentar la producción y la calidad de la leche, y reducir sus costos. La tecnología también es un pilar fundamental de la estrategia, ya que se busca que los productores puedan acceder a sistemas de riego más eficientes y a maquinaria que optimice el manejo del ganado.