La ubicación del módulo en el DIF municipal es estratégica, ya que centraliza la entrega de beneficios sociales y facilita el acceso a los beneficiarios, muchos de los cuales ya acuden a estas instalaciones para otros programas. Esta optimización logística es clave para la eficiencia del programa y para garantizar que la leche subsidiada llegue a cada hogar de Coronango de manera oportuna. Es un ejemplo de cómo la coordinación local potencia los programas federales.

La implementación de estos módulos no solo tiene un impacto social directo al mejorar la dieta de niños y adultos, sino que también repercute positivamente en la economía lechera. Al garantizar una demanda constante y predecible de leche cruda, el programa beneficia a los productores de leche nacionales, quienes encuentran en LICONSA (el operador del programa) un comprador confiable y un precio justo por su producción lechera.

Este tipo de acciones refuerza el papel de la leche como un alimento básico y fundamental para el desarrollo. La distribución de productos lácteos accesibles contribuye a reducir las brechas nutricionales y a fomentar hábitos alimenticios saludables desde la infancia. Es un eslabón vital en la cadena de valor de la agroindustria, desde el ganado lechero hasta la mesa familiar.